lunes, 13 de agosto de 2012

Desconexión de la Realidad


Cuando Juan Manuel Santos asumió la presidencia, anunció con bombos y platillos que el suyo sería el gobierno de la “Urna de Cristal”, uno que todos podrían auscultar y desde el cual el Gobierno miraría a todos los costados, planteando así un estilo gerencial de doble vía.

El paso del tiempo nos permite concluir que la “Urna de Cristal” era un anuncio más de un presidente al que su pasado de periodista le dejó impreso en su ser aquello de que un titular hace más que mil páginas de explicaciones y argumentos. La urna parece tener encerrado al Gobierno, mostrándole una realidad alterada por los prismas del cristal.

En la reciente asamblea anual de la ANDI que tuvo lugar en Cartagena, los asistentes a la misma pudimos darnos cuenta del absurdo nivel de desconexión del Presidente y de sus ministros de la realidad nacional.

Con perplejidad, vimos a un gabinete que pasó al frente con espectaculares presentaciones, que más parecían la infografía de quienes viajan por el mundo promoviendo a Colombia como destino de inversión, que un accountability, que era lo que al fin y al cabo estaba esperando un auditorio integrado por los más importantes representantes del sector empresarial colombiano.

Uno tras otro, los miembros del gabinete trataron de convencernos de que acá todo está muy bien, que no ha sucedido nada en materia de seguridad, que el supuesto reverdecimiento de las acciones criminales de los terroristas es una “percepción” y que la economía colombiana será inmune a los coletazos de la alterada economía occidental.

Tanto no coincide esa versión de la realidad del país con el sentimiento generalizado de los empresarios, que la intervención más aplaudida corrió por cuenta de uno de ellos, el Dr. Carlos Enrique Moreno, quien con una presentación tan sencilla como juiciosa, supo recoger temores y preocupaciones con los que el auditorio se identificó y agradeció con generosa ovación.

Capítulo aparte merece la indelicadeza, por decir lo menos, del Capitán Alfonso Salas al agitar al aire facturas de servicios portuarios de su cliente Corona, especialmente cuando claramente no entendió -o se hizo el que no entendió- las cifras presentadas por el Dr. Moreno, confundiendo servicios portuarios con cadena de logística y olvidando que estaba en un foro de entendidos en la materia.  

No se trata de hacer oposición por hacerla, ni de decir, ni más faltaba, que el Gobierno ha fracasado en todos sus esfuerzos. Pero sí resulta cuando menos sorprendente que el gabinete en pleno y el Presidente de la República tengan el coraje de decir, sin rubor alguno y ante el empresariado colombiano en pleno, que todo está marchando en orden.

Aquello me lleva a pensar que en efecto y gracias a la acción del sanedrín de Casa de Nariño, el Presidente está desconectado de la realidad nacional, creyendo que los rimbombantes titulares de la prensa nacional y extranjera son fiel reflejo de su gobierno. Quienes legítimamente creemos que el gobierno ha perdido el rumbo, nos quedaremos esperando los ajustes que millones de colombianos, reflejados en las encuestas de opinión, estamos demandando.

Tal vez aún no hemos llegado a un punto de no retorno, pero éste se vislumbra no muy a lo lejos. El gobierno aún tiene un par de meses para hacer un alto en el camino, reacomodar sus cargas, redefinir sus prioridades y reencauzar a la nación por el camino que durante 8 años trazó el presidente Alvaro Uribe.

Esperemos que Santos tenga grandeza y acepte los errores. Que anteponga los intereses superiores de la Patria a su propia vanidad política. Acá no se trata de una emulación entre el “santismo” y el “uribismo”, sino de algo mucho más grande que es la supervivencia misma de la nación. Ya está probado que la doctrina de la Seguridad Democrática es mucho más efectiva que unos cuantos titulares de prensa que aunque satisfagan el ego, desconectan al gobierno de los gobernados.
   

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